martes, 12 de agosto de 2008

LABORES DEL HOGAR

Vamos de nuevo con la MUJER-MUJER. Con la mujer de 40 o más. ¿Qué sucede en la vida de mujeres así? Algunas trabajan y continúan desarrollándose en el plano profesional. Otras se encuentran desempeñándose en el hogar, una de las más complicadas formas de ocuparse y que siempre he pensado no debería ser considerada como exclusiva de la mujer, sino una labor familiar en la que cada miembro desempeñe una tarea determinada, incluso cuando la mujer no trabaje fuera de casa.
Cuando tienes esta edad ya sabes que las tareas del hogar pueden convertirse en un agobio francamente insoportable, impuesto por lo que se espera de la mujer y por la propia presión de la mujer; ya que por muchos años se ha calificado el buen funcionamiento y la limpieza del hogar como estándares para definir a la buena o a la mala mujer. Me parece francamente increíble que se usen términos como “toda una mujer” cuando la casa es una tacita de plata brillante y pulcra o un “esa, ni mujer es, -mira como tiene la casa-”, cuando la casa en cuestión no se encuentra en las mejores condiciones.

Una mujer es bastante más que una máquina de limpieza o cocinera, y es bastante más que niñera de veinticuatro horas y, desde luego, mucho más que el receptáculo de placer de su marido. Creo que la mujer de 40 o más, sabe muy bien todo esto y, una vez que los sabe y lo asume se libera de cadenas auto-impuestas e impuestas por atavismos.
Somos las mujeres quienes educamos principalmente a los hijos -hembras y varones-, eduquémoslos para compartir las labores del hogar, y para concienciar que estas tareas nos corresponden como familia y que no hay exclusividad con referencia al sexo.

Este tema me preocupa porque como comentaba al inicio puede resultar agobiante y estresante. Las mujeres no somos “mujeres maravilla” por más que lo intentemos y es importante para nuestro desarrollo como ser humano, que seamos nosotras mismas quienes analicemos y descubramos que necesitamos tiempo para desarrollarnos en otros ámbitos, ya sea en la profesión o ya sea en roles que resulten totalmente ajenos al hogar, a nuestra maternidad natural y a nuestra parte como pareja de un matrimonio. Sé por experiencia propia que ser más que ama de casa, madre y esposa, nos lleva a un equilibrio emocional y a una felicidad mayor y, por lo tanto, somos mejores madres, esposas y mujeres.

Lo ideal sería que no esperáramos a llegar a los 40 o pasarlos para descubrirlo.

Issa Martínez

viernes, 20 de junio de 2008

CONCEPTO DE LA MUJER-MUJER

En el concepto Mujer-Mujer he incluido principalmente a las mujeres de más de cuarenta años. La Mujer-Mujer es la que se mira al espejo sin miedo a descubrir una nueva arruga. Es la que duerme feliz sola o acompañada, la que no necesita maquillar sus cicatrices, la que sueña pero no se conforma con soñar, la que pisa firme y avanza pero que no tiene prisa en llegar.

Quizá sea a esta edad cuando a la mujer le importa más amar que ser amada y dar más que recibir. Tal vez, también, en esta época es cuando ha terminado por confirmar que el verdadero amor empieza por ella misma y que a partir de ella se ramifica y, sin esperarlo, se revierte.

La Mujer-Mujer no pretende actuar como vampiresa ni como niña ingenua. Sabe que la sazón de su belleza es auténtica y necesita de muy poco para resaltarla, por eso ríe más, pero también sus lágrimas son más fáciles y no le importa.

El universo de la Mujer-Mujer es místico y alberga una paz especial, y algunos regazos se preparan para ser abuelas o ya lo han sido. Han dejado de interesarse en conquistar pero disfrutan muy femeninamente las galanterías.
Si tú eres una Mujer-Mujer ¡felicidades! Disfruta de esta etapa y reparte justamente tu hermosa esencia, pero hazlo gota a gota, porque eres un perfume delicado y exquisito.

Issa Martínez